viernes, 18 de diciembre de 2015

Un hombre y dos destinos.

Me jode no adivinar el futuro. Ahora mismo me gustaría saber cuánto voy a pesar el día 8 de enero. Bueno, me gustaría saber más cosas... pero entre ellas, esa. Y no es que no me fíe de mí. Podría decir que estoy seguro de que lo voy a hacer bien y que voy a mantenerme al menos, y que compensaré los días chungos de comidas familiares con cosas saludables y con ejercicio... y sí, por supuesto, creo que ha pasado el suficiente tiempo como para darme cuenta de que se puede comer bien y no pasar hambre (lo digo en serio, no es coña). Y que si a mí me gusta la verdura y la fruta no necesito atiborrarme de tanta carnuza como comía y que tengo que meter más pescado y... en fin, ESO.
Pero luego pasan muchas cosas. Cambia todo. Vienen vacaciones largas. Hay nervios, visitas, se compran cosas y están ahí (AHÍ, AHÍ, AHÍ... esto es el eco). Vamos, que uno puede tener toda la mejor voluntad del mundo pero que lo normal es que te pases más que que te controles.
Vamos a relajarnos, en el buen sentido. Vamos a tratar de no atormentarnos demasiado, vamos a tratar de asimilar que lo que hacemos lo hacemos porque nos hace sentir bien y, si comemos, porque toca comer, comamos sin resentimiento y sin sentirnos culpables después. Vamos a disfrutar de una cena o de una comida tratando de asumir quiénes somos, no quiénes queremos llegar a ser. Hoy es hoy. Y Mañana también será hoy cuando sea mañana, y así sucesivamente... ¿Stamos?

Por cierto, como alguna me habéis dicho que os da como cosa lo de Cosa he pensado ponerme nombre. He elegido JAN. Es catalán, y aunque yo soy un andaluz muy orgulloso de serlo me apetece y me gusta ponérmelo porque se parece al mío, ea.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Not very well

Bueno, más bien ni fú ni fa... pero es que no son fechas para estar demasiado centrado, todo hay que decirlo. La diferencia entre un día entre semana y el fin de semana es abismal. Entre semana estoy mucho más activo, ando bastante, y la comida la hago a tiro hecho, la suelo tener preparada del día anterior, como y a otra cosa. El fin de semana tiende a estar uno más inactivo y tengo que pasar mucho tiempo en la comida donde inevitablemente pico. A veces, es fruta, otras veces unas nueces, otras un pico, pero al final, picar, pico.
Y claro, el puente fue terrible. Cuatro días en casa y engordé de lo lindo. Demasiado que el viernes pesaba sólo medio kilo más. Además hice trampas porque cambié la cita del nutricionista. Y la aplacé a este viernes. Este fin de semana hemos celebrado el cumple de mi sobrino ¿Por qué se come tan mal en los cumpleaños? Luego está que de gimnasio, o andar, o bici o lo que sea voy fatal. Y que se echa encima la temida navidad y se me amontona el trabajo y que me parece a mí que no voy a estar por debajo de los 110 kilos de aquí al día de la lotería... Mañana martes tenemos comida de navidad del trabajo. otra en la frente. En fin, que todo se pone cuesta arriba. Mira que lo tenía ya cerca. Lo bueno es que uno ya sabe qué es lo que hay que hacer, lo tengo más o menos interioridad aunque es tan fácil salirse del camino...
Os leo. (¡Javi, hombre, bienvenido!)

domingo, 29 de noviembre de 2015

Como hace mucho tiempo

Es curioso. Mientras más me acerco a mi objetivo, menos importancia le estoy dando al peso (aunque me sigo pesando mucho) y más a cómo me siento de bien. Hacía mucho, mucho tiempo que no pesaba lo que ahora. Estoy mejor de cabeza, más centrado. Duermo bien y me levanto despejado. Estoy mejor de dolores aunque me siguen doliendo los pies. Ayer anduve una hora y media pero vestido con zapatos de vestir y vaqueros. La verdad es que me han molestado los pies bastante esta noche pero espero que sea sólo por la tontería de no haber llevado mejor calzado. El otro día fui a la peluquería y me quité creo que por lo menos medio kilo de pelo entre melenas y barba. Me miro al espejo y me reconozco a medias. A veces creo que soy mi hermano chico.
Sólo me queda superar el reto de los fines de semana. No puede ser que siga engordando, aunque sea poco, y teniendo que recuperar durante el resto de la semana. Además ahora viene casi un mes de vacaciones y eso hay que controlarlo para que no se nos vaya a la porra con las navidades y todo el jaleo. El nutricionista me ha recomendado un libro. Es fácilmente encontrable, se titula El mono obeso. Empecé este lío sobre todo por mis hijas. A pasar de todo creo que todavía me queda mucho camino por delante para que comamos bien no sólo yo, sino todos en casa. A ver si somos capaces.
Buen resto de fin de semana. Nos leemos.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Probando, probando

Este fin de semana hice un simulacro de navidades. Tuve celebración sábado y domingo, luego reencuentro con amigos el lunes con cena cañera. Eso de las comidas con los patos al centro de la mesa hace que esté todo centrado menos yo mismo. La del sábado era de esas de llevar todos algo y hacer el almuerzo en una azotea con el sol este tan bueno que está haciendo. Pues vaya tela, todo eran tortillas, filetitos empanados... el domingo comida para celebrar el cumpleaños de mi suegra pero también en plan grasiento, para qué nos vamos a engañar, lo que uno no puede pedir de repente es que sólo le gusten las cositas sanas. Y el lunes pues también me pasé con lo que únicamente me he centrado esta semana martes, miércoles y jueves así que bien. Tres días contra tres. He perdido cien gramos y estoy moderadamente contento. El reto es bajar de los 110 (mi meta) antes del día de la lotería de navidad.
Y no digo más que es muy temprano. Os leo. Suerte.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Lo de perder kilo por semana parece que es cosa del pasado. Bueno, ochocientos gramos para la buchaca que no están nada mal y ahí seguimos a poco ya de la meta... una meta un poco rara porque, como decía el poeta, el camino es el andar mismo, y no hay destino posible sino el seguir caminando y encontrarse uno bien en este paseo y... mejor paro porque me estoy viniendo arriba.
En estos días termina más o menos mi trimestre horribilis en lo que a trabajo se refiere. Se acabaron (espero) las jornadas de catorce horas corriendo de acá para allá. A partir de la semana que viene me lo puedo tomar con más calma y ¡ay, horror! Precisamente cuando me tomo las cosas con calma es cuando tiendo a engordar aunque coma bien. Me entra la modorra esa tan buena y me muevo menos que los ojos de Espinete. Bueno, pues ya sé qué es lo que tengo que evitar. Este fin de semana tengo dos comidas de celebración ¡ole! El lunes viaje a Málaga pero por trabajo con cena ¡toma que toma! O sea, que será un milagro del niño Jesús que yo conserve este peso el martes. Teneis razón con que no debo pesarme tanto. Con que lo hiciera los viernes voy sobrado, pero la verdad es que aunque no sea fiable (os aseguro que no lo es), es una guía que no está mal. Aun así trataré de haceros caso.
Como aparte de gordo soy una mijita neurótico, ahora me ha dado por la jardinería, a mí, que se me secan hasta los cactus (verdad verdadera). No es que le dedique mucho tiempo pero está uno ahora desarrollando su faceta zen y la verdad es que me relaja ponerme ahí a cuidar plantitas cuando tengo diez minutos para mí.
Abrazotes en este noviembre tan primaveral y ánimo para la cuesta de diciembre.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Que lío...

Tengo un lío con el peso que pa qué...

El jueves me pesa el nutricionista, el viernes me peso yo y ese es el peso que consigno aquí. En un día suelo bajar un montón, pero es que en el fin de semana puedo poner perfectamente casi un kilo. Pero claro, ¿un kilo desde cuándo? Pues desde el jueves. Pero ¿el importante no es el del viernes? Además el del jueves es peso con ropa y el del viernes peso en cueros vivos... Esto tendría una solución muy fácil. Tirar mi peso por la ventana. Meterlo en el trastero, olvidarme de que existe. pesarme sólo en el del médico y seguir con mis comidas teniendo esta agradable sensación de que voy bien. Y si cuando llegue el jueves me estampo pues me estampo. Pero por lo menos no haré tonterías como comer fruta un día entero porque esta mañana me he pesado y he puesto (no sé porqué) cuatrocientos gramos del tirón.
Bueno, pues no puedo.
El otro día el médico me volvió decir que no me pese pero para mí es un aliciente despertarme por la mañana y ver que la cosa va, que estoy haciéndolo bien, que el poco ejercicio que hago y que la comida que como me cunde y que sigo perdiendo peso. Ojalá poco a poco pueda dejar de hacerlo. Sentir que mi cuerpo ya se ha estabilizado y que los hábitos que he ido adquiriendo en estos meses han echado cimientos en mi vida.
Estoy contento. Soy más productivo. Por las mañanas he empezado a hacer de cinco a diez minutos de meditación. Estoy arreglando las plantas del patio que eran un desastre. Me quedan menos de tres kilos para llegar a mi objetivo pero, dejando a un lado el p. peso, todo lo demás se va ajustando en mi vida. Y eso es bueno. Vaya si lo es.

viernes, 30 de octubre de 2015

La naturaleza va compensando (2ª parte)

Esto es como todo... si una semana va extremadamente bien en la siguiente haces más o menos lo mismo y zopa, la cagas. Yo no me siento mal. Lo que me jode es que cada vez me doy más cuenta de que por mucho empeño que pongo en no pasarme el fin de semana siempre por pequeñas cosas pongo demasiado peso en esos dos o tres días. El pasado fue tremendo. El sábado pudimos salir mi mujer y yo y comimos en un japonés, que bueno, puede ser calórico pero no es que te mueras de lo calórico que es. Luego, eso sí, nos comimos un helado en el Rayas (si venís a Sevilla tenéis que ir a esa heladería... mamma mía). Me comí un helado pequeño que me supo a gloria. Luego el domingo con la m... del cambio de hora estuve todo frenético muerto de hambre. No es que me pasara mucho pero digamos que ataqué a la fruta de media mañana y media tarde más de lo que debería. Bueno, pues el lunes pesaba un kilo seiscientos gramos más que el viernes. Que yo ya sé que eso es agua, y que es que estoy más sedentario y que no debería pesarme tanto... pero es que un kilo y medio en dos días jode un montón. Desde entonces la locura de siempre. Las carreras. el trabajo de todos los días, hartarme de andar. Y, bueno, doscientos gramos menos que, viendo el panorama, es para darse con un canto en los dientes.
O sea, que una vez más el meollo está en el rinde. En hacer ejercicio y no abandonarse mucho en esos días. Para colmo este fin de semana es largo porque el lunes será fiesta también. Deseadme la suerte que yo os deseo a todos.




viernes, 23 de octubre de 2015

La naturaleza va compensando

Qué locura de semana. Ayer fui de nuevo al nutricionista al que prácticamente pago 40 lereles al mes por pesarme. Bueno, realmente cada día le pregunto cosas y creo que poco a poco sí estoy cambiando hábitos. Su menú, sin embargo, cada vez lo sigo menos.
El caso es que desde la semana pasada he perdido casi dos kilos. Y es que no he parado. Todo el día de acá para allá, comiendo muy poco en casa (bueno, muy poco en todos lados), tratando de comer mucha verdura, mi fruta a media mañana y media tarde... puedo estar contento (y lo estoy) porque veo la meta ya cerca y eso anima.
Como no sólo de dieta vive el hombre (ni la mujer), os traigo un hallazgo maravilloso de estos días. Es un cuento, o un artículo, o una reflexión sobre la p/maternidad escrita por Natalia Ginzburg. Hace años, siglos, que no leía algo tan bueno, algo que me sirviera tanto. Estas semanas atrás le he dado muchas vueltas a lo que significa ser padres. Esta historia de Ginzburg me ha resuelto muchos conflictos sobre esa entrega a veces absurda a los hijos y ese olvido de nosotros mismos. Creo, de verdad, que al asumir nuestra libertad les hacemos un favor y que vivir la vida a través de ellos nos termina perjudicando a todos. ¿Por qué escribo esto? No sé, porque me sale.

Os enlazo el texto completo que es fantástico.

Aquí un bonito extracto para que el que no quiera leerlo entero.

"Y si nosotros mismos tenemos una vocación, si no la hemos traicionado, si a través de los años hemos seguido amándola, sirviéndola con pasión, en el amor que profesamos a nuestros hijos podemos mantener alejado de nuestro corazón el sentido de la propiedad. Si, por el contrario, carecemos de una vocación, o si la hemos abandonado y traicionado, por cinismo o por miedo a vivir, o por un mal entendido amor paterno, o por cualquier pequeña virtud que se ha instalado en nosotros, entonces nos agarramos a nuestros hijos como el náufrago al tronco de un árbol, pretendemos enérgicamente de ellos que nos devuelvan cuanto les hemos dado, que sean absolutamente y sin salida posible tal como los queremos, que obtengan de la vida todo aquello que a nosotros nos ha faltado. "

sábado, 17 de octubre de 2015

Empate

Vaya semanita... y no, no me he pasado demasiado. Supongo que esto que yo he hecho será lo que hacen los que siguen la dieta de mantenimiento... ¿existirá alguien que haga la dieta de mantenimiento? ¿Serán como los unicornios, que nadie ha visto ninguno? Bueno, 116,1 pesaba el viernes pasado y eso mismito pesaba hoy. Así que nada. No puedo quejarme porque desde entonces no he comido ni un solo día en casa. Nada. Cero. Y siempre en la calle con lo que eso conlleva... te pasas poco, intentas ser bueno, pero te pasas, claro.

En Málaga muy bien, como siempre. Me encanta esa ciudad y creo que es de las más amables para ir con niños pequeños (compitiendo con Valencia y, para mí, Madrid). A pesar de no haber perdido me encuentro bien, creo que no voy mal y creo, también, que voy a alcanzar mi objetivo porque la inercia que he cogido (los hábitos más bien) es buena.

Dedicado a Matrioska por el Rooibos y por el Caminar

La semana que viene quiero ir al gimnasio por lo menos dos días. Voy a comprar un bono cerca del trabajo, porque desde casa ya veo que es imposible. Así que voy a sacar tiempo como pueda para ir dos veces entre semana y luego en el finde tratar de hacer algo más de ejercicio (andar, bici, gimnasio de allí...). Lo escribo para exteriorizarlo pero de verdad tengo que cumplirlo (quiero cumplirlo).

Os leo!


sábado, 10 de octubre de 2015

Me estoy quitando, sólo me peso de vez en cuando...

Ahí vamos. Lento pero bajando. Le dije al nutricionista que el fin de semana subo un poco de peso y que luego lo trato de recuperar en los días entre semana. Tiene razón, eso es un error porque así no estás cambiando el hábito, la forma de comer. Pero lo mío no es por pasarme con la comida (no siempre) es porque el fin de semana no me muevo apenas, y así no se puede.
Además luego entre semanas haces tonterías como cenar fruta o un yogurt, yo lo he hecho este, y así no pierdes grasa sino músculo.
Voy a apuntarme a un gimnasio. Sólo para ir desde el trabajo, para ir los días que trabajo por la tarde. Y luego voy a proponerme hacer el fin de semana por lo menos unos de los dos días ejercicio. Para poner la cosa más complicada este finde es más largo porque hay puente o lo que sea y nos vamos a Málaga. Habrá que echarle valor y portarme lo mejor posible.
Confesaré algo que me avergüenza un poco. Me estoy obsesionando tontamente con el peso. Y lo sé, sé la teoría, no hay que pesarse tanto, no sirve de nada, agobia y no ayuda. Pero es superior a mis fuerzas, es un acto automático. Aparte de pesarme todas las mañanas, es que ya me sorprendo pesándome por las noches para calibrar cuánto pesaré al día siguiente. A ver si con el viaje de este finde reconduzco esto para que no se me vaya de las manos.
Gracias por vuestros comentarios.

viernes, 2 de octubre de 2015

Nueva visita al nutricionista

He perdido otro kilo. No ha sido fácil. El fin de semana pasado estuve rematando la tesis y me tiré tres días delante del ordenador sin parar. El domingo, además me dio un arrebato de esos que nos dan cuando estamos que nos subimos por las paredes, y arramblé a lo tonto a lo tonto con todo lo que pillé a mi paso. Afortunadamente no había por casa muchas porquerías porque hubieran caído. Pero vamos, cogí un fuet que algún incauto había dejado por ahí abandonado y di cuenta de él con unas estupendas regañás de la tierra.

El lunes no quise ni pesarme. Eso sí, durante el resto de semana me he portado muy bien y además ha sido muy movida. He depositado la tesis, y aunque no es el final del proceso sí se siente como si me hubiese quitado un gran peso de encima (mucho más de un kilo).

Al nutricionista fui ayer. Me armé de valor y le pregunté si él había pensado algún peso aproximado con el que yo debería estar. Por supuesto no le dije eso de "peso ideal" porque sé que es anatema. También lo es para mí. Me dijo que como soy "fuertote" él piensa que entre los 100 y los 105 kilos puedo estar bien. Mi meta de hace años son los 110. Yo sé que con 110 kilos estaría más que bien. Pero no veo mal poner la meta un poco más baja y que 110 sean los kilos que never de los néveres deba volver a sobrepasar. Por ahora la meta está en 109. A eso voy. Claro, ahora que peso 116,8 parece que no es tanto. Pero vosotros/as sabéis que es mucho. Mucho porque el 25 de junio, cuando empecé, pensaba 125,3. O sea, que esto cuesta... cuesta mucho... y eso es otra. El nutricionista son 40 pavos cada cuatro sesiones. Teniendo en cuenta que sus menús me los tomo cada vez más como orientación, lo que intento es hacerle todas las preguntas que puedo. Me lo tomo más como una consulta literalmente, y también como un control de todo esto. Me jodería mucho pagar y encima estar poniendo peso. Es para mí una prueba (externa) semanal que se añade a mi compromiso personal.
Os leo.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Visita al nutricionista

He decidido que voy a pasar un poco del peso del nutricionista. Vuelvo a apuntar el mío. Es que ayer me citó a las tres de la tarde, y a esa hora digamos que tiende uno a pesar más que por la mañanita, en ayunas y con todo el karma negativo fuera (you know).
O sea, que ayer en la consulta del médico pesaba 118,3 y esta mañana en mi casa 117,8 lo cual es la fluctuación propia de los gordacos (quien lo probó lo sabe), pero yo sé debajo de qué sombra quiero cobijarme en este momento y quien la lleva la entiende.
Con el tema de la tesis estoy haciendo la dieta por aproximación. Apenas puedo dedicarme a cocinar como me gustaría y más o menos voy tirando con la plancha, las ensaladas y algún guisito que se pueda preparar rápido. Con la thermomix me estoy viniendo arriba (purés, pescados y verduras al vapor) aunque muy poco a poco.
Le dije ayer al hombre este que con la ansiedad he vuelto a la coca light. Intento una al día pero a veces me voy a dos sin darme cuenta. También le dije que durante un tiempo he estado intentando cambiar la light por una copa de vino en las comidas pero me dice que son casi lo mismo. Puede que sea casi lo mismo en mi proceso de adelgazar, pero no me creo que sea casi lo mismo de cara a mi salud. Yo soy casi abstemio, no soy cervecero ni nada y hace tanto que no salgo (del verbo salir, de lo que era salir) que ya ni me acuerdo de cómo sabe el whisky (si no sé ni escribirlo). No creo que una copa de vino al día sea TAN malo como una coca light al día. O las dos cosas son malas, o ninguna de las dos es mala (que también puede ser).
Le dije a este hombre también que tenía previsto ir al gimnasio a las siete de la mañana a partir de octubre (jajajajaja, me leo ahora y me parto yo solo de pensarlo). Esta vez con buen criterio me ha dicho que me cambia eso porque tres veces en semana ande durante veinte o veinticinco minutos y corra un minuto de cada cuatro (cinco series cuatro minutos andando y uno corriendo). La verdad es que el muchacho aquí ha demostrado más sentido común que yo.
I. estuvo el otro día en el trabajo. No me dijo ni mú. Tampoco me dijo nada de que me viera más delgado que era la señal que me hubiese desvelado definitivamente que había llegado hasta aquí.
Sigo. Os leo. ¡Gracias por los ánimos!

jueves, 17 de septiembre de 2015

Cosas que pasan

El otro día mandé un correo electrónico de trabajo desde mi dirección del blog. Me di cuenta tarde, claro. En realidad lo vi creo que un día o dos después. Así que es posible que esa persona, con la que mantengo un trato profesional, entre aquí y pueda ver las gilipolleces que escribo. Bueno, no me importa. Hola I.
Ayer me quedé sin papel en la impresora justo cuando tenía que imprimir una cosa importantísima. Es raro porque siempre tengo un montón de folios pero es algo que suele pasar... que cuando más lo necesitas, plaf.
De comer voy bien. Adelgazando despacio pero seguro. Apenas puedo hacer ejercicio porque sigo delante del ordenador todo el día y cuando no, pues intento hacer algo con las niñas que me reclaman algo de atención.
Os leo, claro, porque me ayuda, y escribo esto por lo mismo.
Por cierto I., que quede entre nosotros si puede ser. Gracias.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Mi zona de confort

No sé si eso existe, la verdad, pero algo debe haber. Si no no se entiende esa querencia de mi cuerpo a estabilizarse en los 120 kilos y no moverse ni para atrás ni para adelante. Hoy, por fin, una vez más, he bajado de los ciento veinte. A ver si esta es la definitiva (ay) y no vuelvo a ver más ese número tan saborío.
Hoy he estado en el nutricionista otra vez. Me pone las comidas y yo me las voy haciendo por aproximación. Esta noche me toca huevo a la plancha y espárragos blancos. Yo sé que haré el huevo cocido y que lo pondré en una ensalada con espárragos, sí, pero también algo de lechuga. Lo de las comidas no cuesta tanto como el ejercicio. Porque encima que les estoy quitando por la tesis a mi mujer y mis hijas un montón de tiempo para estar juntos antes de que empiece el colegio y los follones del otoño no voy a aprovechar un ratito que tengo para irme al gimnasio. Debería, tal vez, pero no puedo.
O sea, que como bien pero que paso demasiado tiempo sentado. De todas formas es un punto haber perdido el kilo que gané en vacaciones. En una semana. Ole yo.
Os leo mucho, me motiva y me anima en este negocio que llevo conmigo mismo. En otras circunstancias, aquí sentado frente al ordenador y siendo verano hubiese puesto cinco kilos fijo. Gracias a vosotrxs (mucho más a vosotros que al nutricionista) esto está siendo mucho más llevadero.
Mi meta es perder diez kilos desde ahora a final de año. Son cuatro meses. Creo que no debería ser ninguna barbaridad. Vamos. Vamos. Vamos.

sábado, 29 de agosto de 2015

Esto está chupado

A ver, no. No he bajado lo que tenía que bajar. En realidad voy despacio. Estuve en el nutricionista y no se llevó las manos a la cabeza ni nada al ver que pesaba algo más que un kilo más que cuando nos vimos la última vez. Me dijo que es normal, que al estar fuera nos relajamos y que en verano suele pasar que se hace menos ejercicio (yo creía que era el único). Le dije que me iba a poner las pilas y en eso estoy. Del jueves aquí he bajado bastante. Prefiero no decir cuánto porque sirve de poco ponerlo cuando esta noche tenemos cena en casa con amigos. Ya sabéis, una cena de estas en que la gente trae su propia comida (y no suele ser verdurita habitualmente). Yo voy a preparar humus en la thermomix y mi súper tortilla de patatas además de una ensalada buena con nueces y queso de cabra. Espero no pasarme mucho (pasarme ya sé que me voy a pasar).
Y ahora el tema del ejercicio. Estoy aquí, después de haberme comido mi plato de salmorejo y mi filete de atún, pensando en cuándo podría yo hacer ejercicio hoy. Ahora ni de coñá puedo salir a la calle porque faltará poco para los cuarenta grados. A media tarde tengo ya que ponerme a cocinar. Si no puedo sacar tiempo lo que sí haré seguro es ir mañana una vez pasado ya el follón de la cena e introducidas las fantásticas calorías en mi cuerpo serrano. A todo esto, estoy con la tesis o lo que sea esto. Cualquier rato que saco lo intento dedicar a ella. Mi mujer (que es una santa) está con las niñas y cuando puedo, como ayer, me las llevo yo a la piscina o a echar un rato de juegos por lo que el ejercicio está ahí en mi debe personal.
En fin, esto es un desahogo y lo demás son tonterías. Me agarro al título de la entrada porque es una verdad más que contrastada. Si como bien (no poco, bien), si hago un poco de ejercicio (esto sí, poco) y tengo energía positiva (yo diría que sobre todo ésta última), adelgazo como un tiro. Comprobadlo si queréis. ¡Ánimo!
Edito: Voy a quitar el resumen de peso que tengo aquí a la derecha en lo que respecta a los años anteriores. Lo voy a dejar en este año 2015. ¿Por qué? Porque me he entretenido viéndolo un rato y me he dado cuenta de que esto es un subibaja sin sentido. Comencé en el 2012 en 129,5 (ya os dije que mi récord estaba en los 140 o por ahí), poco a poco bajé hasta los 116. Luego subir después de unas navidades. Me pongo de nuevo en 125. Luego otra vez para abajo y llego a los 113. Luego para arriba otra vez por dejadez o qué se yo. Ahora de nuevo para abajo... está bien, es una lección. Me dice que puedo bajar si me lo propongo pero también me dice que soy más inconstante que la leche. O sea, que da igual lo que haga si en meses voy a volver a las andadas. Tengo que resetear /RESET/ y cambiar completamente mis hábitos. Comer de otra manera. Ser de otra manera. Así que tachán tachán... el pasado no cuenta. Vamos a mirar hacia delante.
Nota: Esto que he escrito ahora mismo está influido totalmente por la crisis de los cuarenta que cumpliré en febrero próximo.

sábado, 22 de agosto de 2015

Yastoy aquí

Hola a todos. Por fin ya he regresado de las vacaciones. Todo muy bien por ahí pero como la cama de uno nada. Nos hemos hecho 3.600 Km lo que no está nada mal teniendo atrás niñas de tres y cinco años que se han portado como unas bravas jabatas (literalmente). De comer, pues la verdad, he comido lo que me ha dado la gana. Demasiado difícil es estar en una casa que no es la tuya como para plantearte hacerte un menú para ti. Comí queso pero sobre todo comí un poco de porquerías: bocatas, algún menú, tratando siempre de mantener el tipo. Me llevé el pulsómetro pero hemos tenido tanta actividad que no lo he usado ningún día. Total, que me fui con 119,8 y peso ahora 121, 2 lo cual si os digo la verdad no está mal. He pospuesto la visita al nutricionista para el jueves que viene porque pagar para que te miren raro como que no. Espero llegar al jueves lo más cerca posible de los 120 y ojalá los pueda bajar. Lo del ejercicio se me complica por el tema de los antibióticos que estoy tomando por el helicobacter pilory que es el bichito que me provocó la úlcera al parecer. Para matar al bicho estoy tomando tres pastillas por la mañana y tres por la noche que me dejan un poco lerdo (un poco más lerdo de lo normal, quiero decir) durante todo el día.
Mañana se van mis tres marías al pueblo y yo me quedo aquí trabajando en la tesis. Sea como sea tengo que aprovechar para hacer ejercicio. Además, el tiempo invita porque han bajado bastante las temperaturas.
Me ha gustado un montón lo del reto este de la bicicleta diaria. Incluso he pensado pillarme una estática de esas pero me temo que al final sería un trasto más por medio que no sé dónde meter. A ver si mañana cojo la bici, o ando, o algo... ya os contaré. Ánimo con el reto chicos.


lunes, 3 de agosto de 2015

Pulsómetro

Gracias a una muy motivadora entrada de Vero cambia el chip me he hecho con un pulsómetro. En realidad sólo me he comprado la banda del pecho y lo controlo todo a través del iphone con la aplicación de Polar que está bastante bien. Para ser sincero, me daba un poco de corte ir por ahí con un reloj de esos de deportistas cuando a todas luces no tengo nada de deportista. Además no está económicamente la cosa para mucho dispendio así que con la banda por ahora voy que chuto.
Está bien el cacharro. El primer día me lo puse y salí con un amigo a andar. Estuvimos aproximadamente hora y media. Le quité el sonido al cacharro para que no interrumpiera cada dos por tres lo que hablamos. Al final de la sesión, cuando llegué a casa, en el móvil leí algo así como: "Has andado como un caracol cojo, esta sesión está bien si tienes ochenta años y la cadera rota por dos sitios"... no sé si era exactamente eso pero esa era la idea. Me venía a decir que desde luego si quería perder peso tendría que darle un poco de más caña.
Al día siguiente me lo puse para hacer primero una sesión de pesas en casa. Está vez sí le puse la voz. Yo la llamo Eugenia porque es el nombre de mi profesora de gimnasia en segundo de bachillerato. A los diez minutos ya estaba Eugenia: "Estás quemando grasa" y frases así motivadoras que no vienen mal. Luego puse en la aplicación un entrenamiento por zona de esfuerzo de manera que si te mantienes ahí pues se supone que quemas grasa. Tiene unos diez minutos de calentamiento en el que puedes ir despacio pero después ya estaba Eugenia dando caña: "Sube el ritmo" "mantente en este ritmo". Y el ritmo es cañerito no os creáis, una hora así y te termina doliendo todo. La verdad es que me gustó la experiencia porque quieras o no, cuando andas así por las buenas terminas por bajar el ritmo y dando un paseo. Y se trata de darle caña a la cosa si no no sirve de nada.
Para terminar, os pongo un enlace de un reportaje que he leído esta mañana en el País y con el que estoy bastante de acuerdo.

jueves, 30 de julio de 2015

Locura

Ahora entiendo un poco por qué dicen lo de que es mejor no pesarse tanto. El martes, cuando puse esa entrada tan deprimente (¿la borro?... mejor, no), pesaba 120,9 Kg. O sea, que había perdido cuatrocientos gramos en casi una semana. Ayer hice el menú propuesto bien (como el resto de la semana, creo) fui al gimnasio y estuve sólo 45 minutos... bueno, pues hoy pesaba en mi peso 120 kg mondos y lirondos y en el del nutricionista (vestido, claro) 119,8 Kg. Le he hablado de esto y me dice que el peso, y más en verano, es muy fluctuante. Que ahora mismo no es importante y que si me pesa es por ver que la tendencia es a la baja. Para saber que vamos bien. Dice que a la gente que está en mantenimiento sí le aconseja pesarse casi todos los días pero es cierto que para los que estamos bajando puede llegar a ser un arma de doble filo.
Estoy contento y me jode. Me jode estar contento por algo tan tonto como haber perdido más o menos gramos. Más cuando es un mensaje que tu cuerpo da tan aleatoreamente. Pero bueno, prefiero estar contento qué triste, qué demonios.
Vienen unos días complicados. Viaje largo. Voy a Francia (yuju!), y pienso comer queso (si no pa qué).
Por cierto, he visto una peli aquí en Sevilla que se llama Los exiliados románticos. La están poniendo en cines de verano por ahora y supongo que luego la estrenarán en cines. Si tenéis oportunidad id a verla.

miércoles, 29 de julio de 2015

Qué lento es todo

Aunque no debería, hoy me he pesado. He perdido unos trescientos o cuatrocientos gramos en casi una semana. Menos ayer, he ido todos los días a hacer ejercicio. Algo que me impongo, claro, porque no soy lo que se dice un deportista. Estoy comiendo bien, conforme a lo que me manda el nutricionista. Si acaso puede ser que peque algo en las cantidades. No quiero ni pensar lo que sería esto, aquí, solo, de rodríguez, en otras circunstancias... así que puedo darme con un canto en los dientes después de todo. Aun así no consigo que esto me salga natural. Sigue suponiéndome un esfuerzo no comprarme helado, no hacerme unas patatas fritas con cualquier cosa. Vamos: pescado, verduras, poca carne, mucha fruta... Ejercicio. Hacen cuarenta grados ahí fuera. Espera a la noche. Estoy cansado ya tan tarde... Todo el rato luchando ahí conmigo mismo, autoconvenciéndome, para arañar viendo, doscientos gramos a la báscula. Y luego sentir que para el nutricionista soy una especie de caso perdido. A lo mejor me paso pero creo que tal y como están las cosas prefieren pensar en la nutrición deportiva, en tratar a niños y adolescentes para prevenir la obesidad, pero que alguien con sobrepeso le parece sospechoso, y te miran con recelo y desconfianza... Serán cosas, mías, seguro. Paranoias de miércoles de una semana que se está haciendo eterna.
Sé que hay algo que tiene que hacer click ahí dentro con el tema del ejercicio. Pasó hace años con la bici y seguro que puede volver a pasar. El otro día salí muy decidido pero me encontré que el camino que pensaba hacer lo habían vallado. Fue muy simbólico. Me volví por donde había venido.
Mira que odio que me salga una entrada así, sin chicha ni limoná. Pero no todo los días se puede ser tan optimista.



jueves, 23 de julio de 2015

Voy a dejarme de chorradas...

Siempre he sido un gordisano... y no, no gordisano estilo Leonardo Dicaprio, eso es uno de esos inventos hijosde%&///' que se inventan de vez en cuando las revistas de moda para hacernos sentir como la requetemierda por estar no gorditos sino gordacos.
En fin, que sí, que siempre he estado gordo, pero sano. Hasta que he empezado con el nutricionista. No lo relaciono ¿eh? Pero justo desde hace un mes arrastro un dolor en la boca del estómago como una hora antes del almuerzo y la cena. Un dolor que podría ser hambre, pero un hambre que duele. Una "jambre canina" dicho en andaluz, pero más molesta de lo habitual. He ido al médico pagando (sólo lo hipocondríaco que soy es más fuerte que lo tacaño que puedo ser) y me ha diagnosticado una señora úlcera y una hernia de hiato. Eso es amortizar la visita, sí señor. Dos por el precio de una. De primeras me he sentido enfermo, me he sentido viejo, me he vuelto a sentir gordo. Pero ya se me ha pasado. El médico me acojonó un poco pero el nutricionista, a quien visité esta mañana, me ha dicho que es mucho más motivo para aprender a comer, para no comer a doscientos por hora, para no comer y acostarme enseguida, para seguir como voy aunque esta semana (ay!) he puesto cien gramos.
Estoy de rodríguez así que tengo aproximadamente dos semanas por delante para hacer todo exactamente como debo hacerlo: Para hacer ejercicio, para tratar de no estrenare con tonterías, para relajarme, escuchar música, leer... y seguir aprendiendo a comer.

viernes, 3 de julio de 2015

Años luz

Acabo de terminar un libro. Se titula Años luz, es de James Salter. Es tan bueno que cualquier cosa que escriba hoy va a empañar el regusto que me ha dejado. Es tan triste que cualquier cosa que escriba hoy sobre lo que me traigo entre manos me va a sonar a tontería. La cosa va bien.

viernes, 26 de junio de 2015

Volver a empezar

Hoy me han dicho que estoy más delgado. Es curioso porque ayer me di un atracón de campeonato justo después de mi primera visita al nutricionista.
Los que me habéis leído ya sabéis que mi vida suele estar llena de paradojas como esta. En realidad, cualquier vida lo está. He ido por fin a un nutricionista convencido de que tengo que cambiar mi forma de comer. Tampoco es que considere que lo estuviera haciendo tan mal. Comiendo más o menos bien y haciendo algo de ejercicio adelgazo seguro (está visto y demostrado aquí al lado), pero necesito ir resolviendo dudas, saber más sobre esto, tener una guía para ciertas cosas.
Voy a ver si este verano podemos conseguir unificar un poco las comidas en familia, comer más organizado, más juntos, más las mismas cosas. Hasta ahora prácticamente hago una comida para mí y mi mujer y otra para las niñas. El nutricionista me ha dado un menú bastante concreto que a priori me ha estresado un poco. Tengo que buscar los ingredientes, encontrar tiempo para cocinar, superar algunas cosas que no me hacen tanta gracia (soy más de salmorejo que de gazpacho por ejemplo). Ayer se me vino todo encima. Las niñas no querían cenar lo que había, yo no sabía qué comer (el menú empezaba hoy)... y me harté por la noche de todo lo que pillé. Supongo que es una despedida aunque no me dejó nada bien de ánimo. Me tomé dos cocas lights para despedirme. Una de las cosas buenas que tiene hablar con este hombre es que me ha convencido de que la coca cola light, aunque no tiene azúcar, hace actuar a nuestro organismo como si la tuviera y a la larga resulta perjudicial para alguien con posibilidades de ser diabético como lo soy yo (por herencia genética y por peso actual). Vamos, que algo he sacado en claro. Ahora sólo falta ponerse, creérselo y disfrutarlo en la medida de lo posible.

Esta camiseta me define bien


miércoles, 25 de febrero de 2015

Cuando la cago la cago pero bien.

Sólo eso puede explicar que esta semana pese 124,6, casi dos kilos más que la pasada. Bueno, eso y que he comido fatal desde el viernes. Todo de la cabeza de chorlito que tengo, de la debilidad, no sé, de la ansiedad, de no estar del todo bien conmigo mismo esos días.
El viernes trabajé hasta bastante tarde. Como me levanto tan temprano habitualmente me acuesto cenando muy poco o nada. Pero el viernes llegué a casa y me comí todo lo que pillé, también porque todavía estaba tenso del trabajo. El sábado recuerdo que comí medio qué, aunque fui a casa de mis padres y eso siempre es un peligro. Pero el domingo fue mi cumpleaños. Más o menos me mantuve hasta que mis hijas me trajeron de sorpresa una tarta hecha de donuts y m&m´s. Vale, a eso no me pude resistir. Yo no soy muy dulcero de merengue, cremas y eso... pero donuts y m&m´s... en fin, que ahí la cagué bastante. Luego en la cena me volví a pasar, y lo mismo ocurrió el lunes y lo mismo pasó ayer, que llegué a casa a la hora del almuerzo sin nada preparado y me hice patatas fritas con huevo. O sea, que ha sido una semana al borde del abismo (al borde no, que me he caído con todo el equipo, vamos).
Para colmo de males mi perspectiva de recuperarme un poco están en el aire porque este fin de semana vuelvo a los madriles. Esta vez con toda la familia. Va a ser un fin de semana sobre todo dedicado a las niñas. La idea es llevarlas al retiro, teatro infantil, el planetario, alguna exposición chula en la que ellas lo pasen bien. Y claro, sé que ahí la voy a liar porque cuando salimos a comer fuera con ellas no las vamos a llevar a un vegetariano. Así que estoy simple y llanamente jodido.
A todo esto sigo con la idea de volver a coger la bicicleta por lo menos tres veces en semana. A ver si tengo tiempo, creo que comer bien (cuando como bien) sólo no basta y que tengo que alternar ejercicio. Voy a ver si me pongo las pilas con esto después de Madrid y no os tengo que contar otra subida de peso. Con bajar un poco, aunque sea muy poco, me conformo.
¡Ánimo!

miércoles, 18 de febrero de 2015

Sin título

Si le pongo título a esto seguro que al final caería en algo triunfalista así que, como estoy en una fase de "lento pero seguro", no lo titulo y me quedo más tranquilo. Esta mañana me he pesado y estaba en 122, 8 Kg. Muy bien, aunque ayer fue un día durísimo de trabajo en el que anduve más de 20.000 pasos (contados) y en el que come poco aunque bien. Me acosté, eso sí, sin cenar de lo derrengado que estaba. Ni con un yogur siquiera pude. Así que hoy estoy en este peso que por un lado me hace ser optimista pero por otro, como dicen algunos cuando le dan un premio, me hace dudar de si estaré a la altura en la próxima ocasión.

Ya tengo la thermomix. Es un aparato curioso que, por lo que cuesta, debería venir con un bono de tiempo extra en el día a día para poder dedicarte a hacer experimentos y comidas. Ahora mismo usamos el recetario ese digital que está muy bien aunque te ves ahí como un tonto echando los ingredientes según te dice el aparato y no como a ti te gustaría no vaya a ser que se rompa. Ya me iré soltando. Para empezar hemos hecho tarta de chocolate y pizza margarita (¡ole ahí!). Por ahora bien, pero ya os digo que hay que cogerle el tranquillo y eso requiere un tiempo que yo calculo que tendré cuando mis hijas estén estudiando para la selectividad (o lo que haya entonces). Hoy hemos comprado merluza. Estoy deseando ponerla al vapor con verduras. A ver cuándo puedo hacer eso y os cuento.

Este fin de semana he hecho un experimento casi sin darme cuenta. Como sabéis tengo un poco de manía persecutoria con la coca cola light. Sé que no es buena (aunque no haya leído todavía en ningún sitio objetivamente por qué) y estoy tratando de quitarme o, por lo menos tomar menos. No me gusta la cerveza, la tomo muy ocasionalmente, y bebe vino aunque poco. Este fin de semana sin embargo he optado por abrirme una botella de vino para mí. He tomado una copa que me ha durado mientras hacía de comer y toda la comida. Eso ha hecho que tenga menos ansiedad de picotear, he suplido la maldita light y me he sentido bien. Luego en el trajín del día a día de esta semana no lo estoy manteniendo pero espero por lo menos seguir haciéndolo los fines de semana que pueda.

Os leo. 

miércoles, 11 de febrero de 2015

No me voy a agobiar

No me voy a agobiar
No me voy a agobiar
No me voy a agobiar...

124,1 Kg. He puesto cien gramos, pero no me voy agobiar. Porque lo estoy haciendo bien. porque la única cagada en toda la semana ha sido lo del Foster Hollywood y un par de onzas de chocolate negro (bueno, más de un par) en el fin de semana. porque lo estoy haciendo bien. Si acaso, un poco mal por no cenar más de una noche pensando que eso iba a contribuir a perder.

De todas formas el martes por la mañana hice trampas y me pesé. Pesaba 125 redondos. Y ni tanto ni tan calvo. Cuando se pesa tanto ya os digo que cualquier cosa puede hacer variar el peso mucho. Ni creo que haya puesto tanto en el fin de semana, ni creo que haya perdido un kilo de un día para otro. O sea, que a seguir.

Por lo menos sé que he recuperado el autocontrol. Sé que tengo menos ataques de esos en que me lo como todo. Sé que estoy comiendo bastante sano y que estoy andando a pesar de los malditos dolores en los pies.

Hoy creo que por fin llega la thermomix y se abre un gran (¿seguro?) abanico de posibilidades. Me da un poco de jindama repetirme mucho en las cenas con el aparato, así que espero que me podáis echar una mano en ese sentido (¡Alicia!).

El médico fue bien. Primero dijo que me iba a mandar al traumatólgo pero sobre la marcha decidió que esto lo arreglaba mejor el "rehabilitador". O sea, que hoy voy a ver qué me dicen. Supongo que caerán plantillas porque tengo mucho puente en los pies y puede ser eso. por supuesto me dijo que sin adelgazar no hay nada que hacer. Le dije que estoy en ello porque es verdad aunque me miró y en sus ojos pude ver un "se lo dirás a todas".




lunes, 9 de febrero de 2015

Fin de semana

He cogido una buena velocidad de crucero y me siento bien. No sé si esta semana perderé mucho porque el fin de semana me he pasado. He ido al cine con las niñas a ver la película de Bob Esponja (que estoy seguro de que pasará a los anales del cine). Además de picar de sus palomitas fuimos luego a un Foster Hollywood donde la comida la verdad es que no es gran cosa pero hay que reconocer que es buen sitio para darse un "homenaje".

Hoy y mañana van a ser, pues, días de recuperación. Creo que mañana me traen la thermomix y voy a empezar a hacer cosas raras de las que me gustan a mí (a lo mejor tampoco tan raras).

Me estoy pesando menos.

Hoy también voy al médico a ver qué me dice de los dolores de pies. Por las noches sigo pasándolo fatal. Como me diga que pierda peso mañana salgo en el telediario.

¡Os leo!

jueves, 5 de febrero de 2015

¿Adelgazar te hará una persona feliz? Sí... o no.

Una vez, en un intercambio de clase en el instituto mientras hacia un poco el tonto (como casi siempre), una compañera me preguntó a bocajarro si yo era feliz. Entonces creo que yo ya estaba saliendo de la adolescencia. Habían pasado los años difíciles y sin embargo mis terribles problemas seguían ahí:
Uno: estaba gordo. 
Dos: todavía no había besado a una chica. 
Tres: ... bueno, digamos que esos eran mis mayores problemas. Pocos pero importantes. 
Sin embargo le respondí instintivamente que sí, que era feliz. 
Estos días me he acordado de esa historia porque el instituto en el que estuve celebra su 25 aniversario y nos han escogido a unos pocos para que escribamos algunos recuerdos de nuestro paso por allí. Echando la vista atrás, y a pesar de todos mis problemas (vale, dos) creo que fueron unos años de locura y felicidad plena porque me reí muchísimo y porque me sentí libre. 
Casi todo el mundo mitifica la infancia. Yo no. No me da ningún reparo escribir que no fui un niño feliz. Los niños tienen muy poca capacidad de ser libres, de expresarse como son. Los padres, los profesores, te tienen metido en ese cajón de sastre que es la infancia (para ellos) en las que hay que hacer cosas de niños, jugar con otros niños, leer y ver cosas de niños. Y hay niños que tiene muy mala leche, hay niños que tienen malas ideas de adultos, hay niños que hacen más daño que un adulto. Por eso yo siempre tuve ganas de crecer, porque crecer me fue haciendo autónomo. Y ser autónomo es ser consciente de que eres libre. Y ser libre es ser feliz. 
He pensado esto profundizando un poco en lo que escribí el otro día sobre el recuerdo que me queda ahora de hace dos años, cuando estaba jodido trabajando por la tarde, y que sin embargo llevaba bien la dieta porque me encontraba a gusto, equilibrado. Usando bien el poco tiempo que tenía para disfrutar de las niñas. Y eso lo veo ahora, que ha pasado un tiempo, como veo con claridad lo feliz que fui en los últimos años de instituto, cuando me dejaron ser yo por fin. 

La putada es que por ahora solo puedo verme feliz en el pasado. Mi logro más importante sería mirarme a mí mismo aquí, ahora, y ser absolutamente consciente de que yo, hoy, soy feliz. 

miércoles, 4 de febrero de 2015

Día 15

Ya me he pesado. La cosa ha tenido su misterio, ya sabéis, gramos para arriba gramos para abajo hasta quedarse quieto y parpadeante en un estupendo 124. Así que ya he perdido mi querido kilo semanal que es más o menos lo que me parece justo. Luego ya sé que ni un kilo es un kilo ni nada. Cuando se pesa tanto como yo medio kilo puede ser casi cualquier cosa (un vaso de agua más o menos ayer). El caso es que esto anima a seguir.

Resumen de ayer:

Desyuno lo de siempre.

Media mañana: Una manzana.

Almuerzo (comí fuera) tapa de ensaladilla y tapa de carrillada sin patatas fritas (las patatas eran al horno).

Merienda: Naranja

Cena: Trabajé hasta tarde y de camino al tren me compré un paquete de almendras. Vale un euro cincuenta y debe traer algo más que un puñado. Están buenísimas.

Antes de dormir un yogurt vitalínea.

Me siento flojindongui de brazos. Tengo aquí unas mancuernas y creo que tendré que usarlas un poco para hacer algo de músculo. También me gustaría coger la bici y si no lo hago, aparte de la falta de tiempo en el fin de semana sobre todo es por una tontería, veréis: Como ya he dicho alguna vez cuando me da por alguna cosa (natación, pádel...) lo que hago es ir al decatlhón y equiparme mejor que la mar. si alguien viera mi armario sin conocerme pensaría que soy un atleta. De todas las cosas que tengo quizás lo que más haya sean accesorios para ir en bici, pero no tengo de invierno, todo de buen tiempo, o sea, hasta las rodillas. Lo que no quiero es ir otra vez a comprarme cosas de invierno para dos veces que a lo mejor la voy a usar así que estoy esperando a que haga mejor tiempo (que espero sea pronto). Sí, es un poco absurdo pero es que YO SOY UN POCO ABSURDO.


martes, 3 de febrero de 2015

Día 14

Sin sobresaltos.

Voy a ver si os hago caso y empieza a darme un poco igual el peso. O sea, voy a ver si me centro en comer bien y estar a gusto con lo que como y a ir encontrándome mejor conmigo mismo y eso.

Resumo porque pienso que se me va a olvidar.

Desayuno: Tostada entera con tomate, york y aceite. Zumo de naranja.

Media mañana: Manzana y naranja.

Almuerzo: Carne con tomate (¡Gracias Alicia!), que me comí sin ningún agobio y con un trozo pequeño de pan. Coca cola light. Una naranja de postre.

Merienda: Fresas

Cena: Preparé unas judías verdes a medio día con pimiento verde y pimiento rojo. En principio las hice para mi mujer pero luego dije ¿por qué no? Y les cuajé un huevo por la noche y me las comí más bien que la mar. Luego un yogur vitalínea.

Vamos, que ayer creo que comí bastante bien. Anduve unos 11.000 pasos creo yo.

Ánimo a todas.



lunes, 2 de febrero de 2015

Día 13

Ayer no pude venir. Estaba todavía demasiado conmocionado por lo que me hizo venir de Madrid a toda prisa y de nuevo replantearme todo... este fin de semana ha sido diferente a los demás. He comido bastante suave pero sigo sin andar apenas nada. No tengo tiempo prácticamente para hacer nada de ejercicio y soy consciente de que lo poco que coma va directamente ahí abajo sin posibilidad de quemarlo. Para colmo ayer tenía que dejar preparadas comidas para esta semana y haciéndolas por la noche piqué de aquí y allá de sobras que había traído de casas de las abuelas, más tomate frito que había hecho mi padre (¡con pan!). Vamos, que esta semana me conformo con no haber puesto peso. Si bajo de los 125 ya estará bien después de Madrid y esto de anoche.

Sábado:

Desayuno: Tostada aceite y fiambre de pavo.

Media mañana: Fruta.

Almuerzo: Una cuña pequeña de tortilla de patatas y una ensalada.

Merienda: No me acuerdo.

Cena: Yogurt.


Domingo:

Desayuno: Mollete con fiambre de pavo.

Media mañana: Dos naranjas.

Almuerzo: Una receta muy buena de mi padre con calabacines y trucha a la plancha.

Merienda: Naranjas de nuevo.

Cena: Filetes empanados, tomate frito... todo así, picando, un poco ansioso.

Tocaría que me pesara el martes que hago los quince días, pero lo haré el miércoles que va a ser mi día oficial de peso. Además he pensado que seguiré con este plan hasta que llegue la thermomix y empiece a prepararme purés y cremas por la noche.

Os leo. Mucho ánimo.


sábado, 31 de enero de 2015

Día 11

Ya estoy en casa. Ayer pasó al final algo y tuve que volver antes. En estos días tengo que remontar un poco porque en Madrid la verdad es que me he pasado y el hecho de haber andado tanto no justifica las comidas tan "energéticas" que he ido haciendo.

17.000 pasos

No tengo el cuerpo para jotas así que resumo rápido.

Desayuno: Como el de día anterior, un pasote.

Media mañana: Nada

Almuerzo: Cocidito madrileño con todos sus avíos.

Merienda: nada

Cena: Yogurt vitalinea.

Gracias por leer, os leo.


viernes, 30 de enero de 2015

Día 10

Bueno. Ya llevamos diez días a lo tonto a lo tonto. Sigo en Madrid. Ayer otros 20.000 pasos viendo cosas y disfrutando. Voy al grano que tengo prisilla.

Desayuno: pues un desayuno de hotel. Ahí no te privas de nada. Para empezar había donuts y yo, ya lo he dicho en algún sitio, tengo una especie de debilidad genética con los donuts de azúcar. No los  compro ya nunca, pero si los tengo ahí gratis para cogerlos pues no puedo resistirme. Mal, lo sé, pero es lo que hay. No soy de piedra. Hoy caerán de nuevo.

Media mañana: una manzana con piel y todo por la calle de Alcalá más feliz que una perdiz.

Un poco más de media mañana: dos cervezas y una coca cola light. Esto fue inevitable con la gente del curso, compañeros y eso. No me puedo escaquear más. Hay que hacer un poco de vida social y las cervezas cayeron sin remedio.

Almuerzo: sopa de ajo y bacalao, risotto con champiñones y de postre un flan de coco (sé que sobraba).

Luego andar andar andar y de merienda-cena dos naranjas.

Me he pasado un poquito más pero desde luego nada que ver con lo que había hecho si no tuviese el chip de volver a comer bien. Menos los donuts lo demás entra dentro de lo que considero comida sana. Hasta el flan que era pequeño.

Hoy regreso a casa por fin. Ya echo de menos que mis hijas me vuelvan loco ;-))

jueves, 29 de enero de 2015

Día 9

Primer día en Madrid. Podríamos decir que prueba superada por ahora. Escribo en el hotel con el ipad así que perdón si hay faltas y cosas raras.
Lo primero importante es que di más de 20.000 pasos. Vamos que me di un hartón de andar. Me di mis buenos paseos por librerías y fui al Museo ese nuevo que han puesto al lado de un parque grande, el Prado o algo así. El Velázquez ese promete.

Resumen:

Desayuno: Muy tempranero antes de salir. Un mollete con aceite y fiambre de pavo. Un yogur vitalínea.

Media mañana: ya en Madrid. Una naranja y una manzana.

Almuerzo: en uno de esos sitios fantásticos de aquí donde ponen buenos menús a precios más o menos pasables. Spaghetti a la putanesca (con aceitunas y eso), musaka de verduras y de postre una menta poleo. Yo creo que la pasta la quemé luego con la caminata (espero). Comí un poco de pan porque es fantástico. Fue una comida contundente. Más que nada mirando que no hubiese fritanga y que me diera energía para tirar del cuero el resto del día.

Merienda cena: dos mandarinas.

Ahí acabo mi día. Estaba tan cansado anoche que ya no salí a tomar nada. Es la primera vez que me quedo con hambre de verdad. Hoy desayuno fuerte y a ver si puedo comprarme yogures. Lo bueno que tienen los viajes es la parte que no se puede planear.

Os leo!

miércoles, 28 de enero de 2015

Día 8

Ea, pues aquí estamos bastante motivados para empezar la segunda semana de este reto aunque hoy se interponga este viaje a Madrid que, como me habéis dicho, tiene bastante peligro en lo que a comida se refiere. De todas formas estoy ya haciendo un trabajo de visualización de lo que va a pasar y solo tengo que tener un poco de cuidado con ciertos hábitos y cosas que suelo (solía) hacer en los viajes y que ya no haré. Son pocas. Lo que suelo hacer y haré será patear todo lo que pueda, ir de librerías y también ir al cine que aquí con las niñas es algo que puedo hacer bien poco. La fruta la voy a meter ahora en la maleta (es que la de aquí está muy buena) y allí compraré yogures vitalínea. A ver si puedo escaquearme de las típicas cervecitas de por la noche e irme a descansar prontito... en fin, esto es lo que quiero, a ver qué puedo...

Resumen de ayer:

Desayuno: Tostada entera de aceite, tomate y york con un zumo de naranja.

Media mañana: Naranja y manzana.

Almuerzo: Lagartitos ibéricos a la plancha(es carne de cerdo un poco grasosa, lo sé pero es lo que había y no pude elaborar nada más adecuado) y una ensalada tierna del mercadona con queso fresco, un poco de queso curado, maíz y atún.

Merienda: Nada. Muy mal, lo sé.

Cena: Yogurt vitalínea. Cada vez me cuesta menos no picar. Y eso que anoche preparé sendos sandwiches a mis hijas.

Muchas gracias a todas por los ánimos y por la motivación especial! ;-))


martes, 27 de enero de 2015

Día 7

Esta mañana me he pesado y estoy en 125 Kilates. Así, redondo. Tampoco os creáis que me he puesto especialmente contento. Lo importante es que estoy bajando y que por ahora no me está costando tanto. Tengo que ir todavía cambiando algunos hábitos y quitarme algunas manías y ansiedades.

Resumen de ayer:

Desayuno: Tostada entera con pringá (no preguntéis) y zumo de naranja.

Media mañana: Naranja y manzana.

Almuerzo: Ensalada, calabacín relleno y merluza a la plancha.

Merienda: Nada, no pude.

Cena: Yogurt vitalínea.


Me duelen los pies horrores. Los pies y las rodillas también. Entre otras cosas estoy tratando de volver a un peso coherente por eso también. He pesado más, bastante más, y no tenía estos dolores, pero como no soy muy amigo de mucha medicación voy a ir por el viejo método de tratar de llevar una vida lo más sana posible dentro de mis posibilidades.

Mañana hago mi viaje anual a Madrid que me encanta. Voy a ver si consigo andar mucho y comer poco. Trataré de mantener mis cenas bajo mínimos y comer en sitios sanos.

Os leo pero escribid más... veo esto bastante parado ¿no?

lunes, 26 de enero de 2015

Día 6

Yo veo por ahí que los domingos es el día que la gente aprovecha para ir en bici, correr... para mí es todo lo contrario por distintas razones. Además es un día donde se come más casi inevitablemente. Ayer vinieron mis padres a visitarnos y comimos fuera. Yo estaba bastante decidido a comer bien como estos días pero las cosas no salen siempre como uno espera. Digamos que no fuimos a un sitio con muchas posibilidades de comer sano. Lo bueno (si algo tiene de bueno) es que comimos con platos al centro de la mesa que eso quieras que no puede hacerte comer menos cantidad si te moderas un poco. Pongo fotografía del plato principal. Ha sido mi única ida de olla en toda la semana así que no me voy a fustigar mucho. Hoy lo haré mejor.

El plato no es que se pueda considerar ligero, no.

Resumo:

Desayuno: Bueno y abundante como me he marcado a mí mismo. Tostada entera con jamón de york, un yogur vitalínea y una naranja.

Media mañana: Fresas.

Almuerzo: Una pasada. Comí de ese plato y luego algo de chocos fritos y algo, poca, carne a la brasa. Una coca cola light. En casa me comí una naranja.

Merienda: Al final no merendé.

Cena: Yogurt vitalínea sin nada nadita más.

Mañana toca pesaje de siete días así que ya os diré.


domingo, 25 de enero de 2015

Día 5

Parece que salimos casi indemnes del primer sábado. La inactividad del fin de semana es tremenda por más que e intento poner remedio. De pasos no llegué ni a los 9.000 y eso casi por la casa de allá para acá.  Vamos al tema:

Desayuno: de campeón. Tostada entera, jamón de york y un yogurt vitalínea. Ahora no recuerdo si también una naranja porque tenía antojo ya que el día anterior había sido poco frutero.

Media mañana. El frutero de mi barrio prepara una fruta ya cortada estupenda. Compre un pequeño tupper con piña, fresa y kiwi que cayó en dos partes a lo largo de la mañana. Compartí con mi mujer que está pensando en acompañarme en esta aventura (mejor).

Almuerzo. Finalmente vinieron a hacer la demostración de la Thermomix. Nos vamos a hacer con una aunque las comidas de la demostración no salieron para tirar cohetes pero supongo que es cuestión de práctica. Comimos una crema de verduras y pollo también con verduras y una salsa quizás un poco más cañera. Todo muy sano de todas formas. Ah bueno. Como hicimos pan me pasé por ahí porque comí un poco con mantequilla para probarlo.

Merienda: Dos naranjas.

Cena: No pude reprimirme (tampoco había comido tanto a medio día) y haciendo las cenas de las niñas porqué aquí y allá un poco de queso y de jamón. Poca cosa. Luego el yogur vitalínea.

Media noche: Nos quedamos hasta tarde viendo una peli y a eso de las doce me entró tal gusta que me comí una naranja y una manzana.

Son tonterías, claro, pero espero que no repercutan mucho teniendo en cuenta lo poco que me moví en todo el día.


sábado, 24 de enero de 2015

Día 4

Día raro. Complicado.

Desayuno. Tuve que desayunar en casa así que estera con aceite y pavo. Yogurt vitalínea.

Media mañana. No hice. Ya digo que fue un día de locos.

Almuerzo. En la calle. Dos tapas. Creo que me porté bien. Saleroso y solomillo de atún con ensalada. Platos pequeños pero me quedé bien.

Cuando llegué a casa se me soltó un poco la barriga y me tomé un acuarios así que no merendé. Creo que me ha pasado rozando un virus de esos de estómago. Ya veremos.

Cena: Tenía más apetito. Piqué un poco haciendo la cena a las niñas. Un poco de queso fresco, un pelón de queso curado y luego el yogur vitalínea.

Hoy nos hacen una demostración de la Thermomix. Espero que si la compramos nos sirva para hacer buenas cremas y purés de verduras por la noche. Ya os contaré mañana.

Ayer andar no mucho. Se me olvidó llevarme el podómetro además.

viernes, 23 de enero de 2015

Día 3

No voy a repetirme más. Va bien. 

Comí ayer:

Desayuno: Tostada entera tomate, york y aceite con un zumo de naranja.

Media mañana: Una manzana.

Almuerzo: lentejas con su trocito de chorizo y de morcilla (no hay que hacerse sangre tampoco). Revuelto de judías verdes. Una coca cola light. Yogur vitalínea.

Merienda. Cinco o seis fresas.

Cena: Yogurt vitalínea.

No pan, no fritanga, no comida chunga. Desayuno como un campeón. Lo peor, ya os digo que es hacer hacer la cena a mis hijas y sobre todo cuando ya estoy recogiendo la cocina. Ahí es cuando yo tomaría algo yendo de acá para allá. 

(Estoy en alerta roja porque viene el fin de semana).

jueves, 22 de enero de 2015

Día 2

Va bien. Se acerca el fin de semana que es a lo que más le temo. No me he pesado pero las sensaciones son buenas. También estoy bastante atareado y activo estos dos días. Lo malo es cuando te paras o te estancas o estás demasiado tiempo en casa.

Comí:

Desayuno: Tostada entera con tomate york y aceite.

Media mañana: Manzana y naranja (la media mañana la hice a las 14 h, fue un día complicado).

Almuerzo: filete de ternera a la plancha y ensalada tierna del mercadona con maíz, atún y queso fresco. Postre vitalínea. Comí más allá de las 16:30 h.

Merienda: mientras preparaba la comida para hoy (lentejas y judías verdes rehogadas) me comí unas fresas. Eso sería cerca de las 19 horas. Comí una cucharada de lentejas para probar de sal y lo mismo con las judías verdes.

Cena: Yogurt vitalínea.

Pasos di más de 17.000 de nuevo. De acá para allá todo el día. Eso también cuenta (espero).


miércoles, 21 de enero de 2015

Día 1

Ayer fue fácil porque estuve todo el día trabajando... bueno, a decir verdad no tan fácil. Por un lado evité ciertas tentaciones de pasar toda una tarde-noche en casa pero en el trabajo también tuve que sortear algunos obstáculos como un desayuno gratis que nos pusieron delante de las narices con dulces de todo tipo que por lo visto estaban buenísimos.

Desayuno: tostada entera con tomate, jamón york y un poco de aceite de oliva.

Media mañana: naranja

Almuerzo: Arroz tres delicias y pollo asado con ensalada (menú de comedor). De postre yugurt vitalínea.

Tarde: Manzana.

Cena: Cuando regresaba a casa, ya tarde, me compré unas almendras para tirar del cuerpo. Antes de acostarme, un yogur vitalínea.

Pasos di algo más de 17.000 en total porque fue un día movidito. Creo que quemé de sobra el arroz. Más dudas tengo de las almendras que, aunque tienen bastantes calorías, creo que me dan energía y que tampoco es que me vayan a engordar una barbaridad. Todo a ojo. Lo mejor es que la sensación al final es de haberlo hecho bien y estar mejorando la calidad de lo que como.

martes, 20 de enero de 2015

Reentré



No tiene sentido. No tiene sentido no escribir aquí. Lo he dejado durante mucho tiempo por corte, por vergüenza. A decir verdad me parecía frívolo escribir sobre perder peso estando el mundo como está, teniendo como tengo, como tenemos todos seguramente, problemas más importantes en qué pensar o sobre los que escribir. Pero la cosa (no la Cosa sino la cosa) es que esto se convierte en importante cuando entra en juego la salud. Entonces ya no me importa pensar que algún día alguien conocido pueda saber que estoy llevando este blog (puede parecer una tontería pero a mí me daría mucha vergüenza). Peso 127 kilos (otra vez) y vuelvo a sentirme mal, torpe. Por las noches me duelen horrores los pies, entre otras cosas porque sigo andando los 10.000 pasos diarios. Podría más, me gustaría más, pero no tengo tiempo. No como tan mal como parece, sobre todo entre semana. Hago buen desayuno e intento no pasarme en la comida. Ceno poco. Como mucha fruta y verdura. Pero los fines de semana arramblo con todo. Es la ansiedad, es hacer las comidas y las cenas de mi mujer y las niñas, es el picoteo...

Por eso me he propuesto hacer, y dejar constancia de ello, una terapia de choque en los próximos quince días (y me pilla por medio un viaje a Madrid pero aún así). Se trata de:

Desayunar bien. Ya sabéis que en el bar en el que desayuno me tiene prohibido comer media tostada así que entera con aceite, tomate, jamón york y zumo de naranja.

A partir del desayuno nada nadita de pan.

Media mañana una pieza de fruta.

Almuerzo variado y sano. Con ensalada o verduras y carne, pescado... Comer cosas buenas, cocinadas bien. Nada de fritos, nada de prefabricados, precongelados... nada de porquerías. Fruta de postre o un yogur vitalínea.

Pieza de fruta por la tarde.

Yogurt vitalínea por la noche. Sea como sea. Por encima de todas las cosas del mundo mundial. Un yogur vitalínea por la noche.

(alguna coca cola light para ir tirando)

Va esto quince días. Iré poniendo el proceso. Me va a costar, sobre todo en Madrid, pero tengo que conseguirlo.

El 3 de febrero hablamos.