sábado, 29 de agosto de 2015

Esto está chupado

A ver, no. No he bajado lo que tenía que bajar. En realidad voy despacio. Estuve en el nutricionista y no se llevó las manos a la cabeza ni nada al ver que pesaba algo más que un kilo más que cuando nos vimos la última vez. Me dijo que es normal, que al estar fuera nos relajamos y que en verano suele pasar que se hace menos ejercicio (yo creía que era el único). Le dije que me iba a poner las pilas y en eso estoy. Del jueves aquí he bajado bastante. Prefiero no decir cuánto porque sirve de poco ponerlo cuando esta noche tenemos cena en casa con amigos. Ya sabéis, una cena de estas en que la gente trae su propia comida (y no suele ser verdurita habitualmente). Yo voy a preparar humus en la thermomix y mi súper tortilla de patatas además de una ensalada buena con nueces y queso de cabra. Espero no pasarme mucho (pasarme ya sé que me voy a pasar).
Y ahora el tema del ejercicio. Estoy aquí, después de haberme comido mi plato de salmorejo y mi filete de atún, pensando en cuándo podría yo hacer ejercicio hoy. Ahora ni de coñá puedo salir a la calle porque faltará poco para los cuarenta grados. A media tarde tengo ya que ponerme a cocinar. Si no puedo sacar tiempo lo que sí haré seguro es ir mañana una vez pasado ya el follón de la cena e introducidas las fantásticas calorías en mi cuerpo serrano. A todo esto, estoy con la tesis o lo que sea esto. Cualquier rato que saco lo intento dedicar a ella. Mi mujer (que es una santa) está con las niñas y cuando puedo, como ayer, me las llevo yo a la piscina o a echar un rato de juegos por lo que el ejercicio está ahí en mi debe personal.
En fin, esto es un desahogo y lo demás son tonterías. Me agarro al título de la entrada porque es una verdad más que contrastada. Si como bien (no poco, bien), si hago un poco de ejercicio (esto sí, poco) y tengo energía positiva (yo diría que sobre todo ésta última), adelgazo como un tiro. Comprobadlo si queréis. ¡Ánimo!
Edito: Voy a quitar el resumen de peso que tengo aquí a la derecha en lo que respecta a los años anteriores. Lo voy a dejar en este año 2015. ¿Por qué? Porque me he entretenido viéndolo un rato y me he dado cuenta de que esto es un subibaja sin sentido. Comencé en el 2012 en 129,5 (ya os dije que mi récord estaba en los 140 o por ahí), poco a poco bajé hasta los 116. Luego subir después de unas navidades. Me pongo de nuevo en 125. Luego otra vez para abajo y llego a los 113. Luego para arriba otra vez por dejadez o qué se yo. Ahora de nuevo para abajo... está bien, es una lección. Me dice que puedo bajar si me lo propongo pero también me dice que soy más inconstante que la leche. O sea, que da igual lo que haga si en meses voy a volver a las andadas. Tengo que resetear /RESET/ y cambiar completamente mis hábitos. Comer de otra manera. Ser de otra manera. Así que tachán tachán... el pasado no cuenta. Vamos a mirar hacia delante.
Nota: Esto que he escrito ahora mismo está influido totalmente por la crisis de los cuarenta que cumpliré en febrero próximo.

sábado, 22 de agosto de 2015

Yastoy aquí

Hola a todos. Por fin ya he regresado de las vacaciones. Todo muy bien por ahí pero como la cama de uno nada. Nos hemos hecho 3.600 Km lo que no está nada mal teniendo atrás niñas de tres y cinco años que se han portado como unas bravas jabatas (literalmente). De comer, pues la verdad, he comido lo que me ha dado la gana. Demasiado difícil es estar en una casa que no es la tuya como para plantearte hacerte un menú para ti. Comí queso pero sobre todo comí un poco de porquerías: bocatas, algún menú, tratando siempre de mantener el tipo. Me llevé el pulsómetro pero hemos tenido tanta actividad que no lo he usado ningún día. Total, que me fui con 119,8 y peso ahora 121, 2 lo cual si os digo la verdad no está mal. He pospuesto la visita al nutricionista para el jueves que viene porque pagar para que te miren raro como que no. Espero llegar al jueves lo más cerca posible de los 120 y ojalá los pueda bajar. Lo del ejercicio se me complica por el tema de los antibióticos que estoy tomando por el helicobacter pilory que es el bichito que me provocó la úlcera al parecer. Para matar al bicho estoy tomando tres pastillas por la mañana y tres por la noche que me dejan un poco lerdo (un poco más lerdo de lo normal, quiero decir) durante todo el día.
Mañana se van mis tres marías al pueblo y yo me quedo aquí trabajando en la tesis. Sea como sea tengo que aprovechar para hacer ejercicio. Además, el tiempo invita porque han bajado bastante las temperaturas.
Me ha gustado un montón lo del reto este de la bicicleta diaria. Incluso he pensado pillarme una estática de esas pero me temo que al final sería un trasto más por medio que no sé dónde meter. A ver si mañana cojo la bici, o ando, o algo... ya os contaré. Ánimo con el reto chicos.


lunes, 3 de agosto de 2015

Pulsómetro

Gracias a una muy motivadora entrada de Vero cambia el chip me he hecho con un pulsómetro. En realidad sólo me he comprado la banda del pecho y lo controlo todo a través del iphone con la aplicación de Polar que está bastante bien. Para ser sincero, me daba un poco de corte ir por ahí con un reloj de esos de deportistas cuando a todas luces no tengo nada de deportista. Además no está económicamente la cosa para mucho dispendio así que con la banda por ahora voy que chuto.
Está bien el cacharro. El primer día me lo puse y salí con un amigo a andar. Estuvimos aproximadamente hora y media. Le quité el sonido al cacharro para que no interrumpiera cada dos por tres lo que hablamos. Al final de la sesión, cuando llegué a casa, en el móvil leí algo así como: "Has andado como un caracol cojo, esta sesión está bien si tienes ochenta años y la cadera rota por dos sitios"... no sé si era exactamente eso pero esa era la idea. Me venía a decir que desde luego si quería perder peso tendría que darle un poco de más caña.
Al día siguiente me lo puse para hacer primero una sesión de pesas en casa. Está vez sí le puse la voz. Yo la llamo Eugenia porque es el nombre de mi profesora de gimnasia en segundo de bachillerato. A los diez minutos ya estaba Eugenia: "Estás quemando grasa" y frases así motivadoras que no vienen mal. Luego puse en la aplicación un entrenamiento por zona de esfuerzo de manera que si te mantienes ahí pues se supone que quemas grasa. Tiene unos diez minutos de calentamiento en el que puedes ir despacio pero después ya estaba Eugenia dando caña: "Sube el ritmo" "mantente en este ritmo". Y el ritmo es cañerito no os creáis, una hora así y te termina doliendo todo. La verdad es que me gustó la experiencia porque quieras o no, cuando andas así por las buenas terminas por bajar el ritmo y dando un paseo. Y se trata de darle caña a la cosa si no no sirve de nada.
Para terminar, os pongo un enlace de un reportaje que he leído esta mañana en el País y con el que estoy bastante de acuerdo.